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  • Emilio Molina

La creatividad en la educación musical

La creatividad en la educación musical

La Creatividad es la capacidad de generar nuevas ideas, en cierto modo supone crear algo nuevo, pero también podemos hablar de creatividad aunque la creación conduzca a un producto que ya existe pero que es desconocido para la persona que realiza el esfuerzo creador. Esto quiere decir que se es creativo tanto cuando inventamos algo nuevo como cuando lo intentamos. Nosotros aquí hablamos sobre todo de esta última acepción del término creatividad, porque nos interesa trabajar creativamente tanto si el resultado final es original como si no lo es.


Existen muy diferentes modos de mostrar creatividad. Por ejemplo, cuando tienes que tomar una decisión, elegir entre varias posibilidades, elegir un camino, reaccionar rápidamente ante un acontecimiento inesperado... Todos ellos implican un acto de voluntad propia que tendrá repercusión inmediata en nuestra vida. Son decisiones y en cierto modo creaciones.

Estamos capacitados para decidir entre las posibles soluciones a los problemas que la vida diaria plantea, desde los más nimios a los más importantes. Por ejemplo, tenemos que elegir la ropa que llevarás ese día, el desayuno que prefieres, decidir la ruta que mejor te convenga para llegar a tu destino y reaccionar ante los dilemas que constantemente se te presentan mientras trabajas, paseas, te relacionas... La vida obliga a tomar decisiones. Una decisión equivocada puede conducirte a un problema mientras que una decisión acertada puede hacerte sentir bien a lo largo del día. Naturalmente algunas decisiones son indiferentes y no te benefician ni te perjudican.

La creatividad en el lenguaje

El lenguaje también es un campo en donde nos vemos obligados a tomar decisiones constantemente. Cuando hablamos con familia, amigos, desconocidos… elegimos cuidadosamente las palabras, el vocabulario y las expresiones para adaptarnos a las diferentes situaciones. Puede que algunas decisiones las hagamos de forma casi inconsciente y guiados por la rutina, pero hay otras que nos obligan a reflexionar sobre qué palabras, qué conceptos y qué expresiones elegimos para manifestar nuestras ideas. No se trata de inventar nuevas palabras, ni siquiera nuevos conceptos, de lo que se trata es de elegir entre varias posibilidades la que mejor se adapte a la expresión de nuestro mensaje en.

Si tenemos que expresarnos en un lenguaje que no es el nuestro materno dependemos de la cantidad de conocimientos que tengamos de esa otra lengua. Es lógico pensar que, dependiendo de tu conocimiento del lenguaje, de la amplitud de tu vocabulario y de la cantidad de recursos lingüísticos que poseas, tu expresión será más o menos creativa. Como resultado, serás más o menos libre expresándote cuando más conocimientos tengas del lenguaje.

El lenguaje de la música

La música es un arte y también un lenguaje. Tanto desde el punto de vista artístico como desde el punto de vista científico exige desarrollar nuestra capacidad creativa.


De modo muy especial, en un arte estamos obligados a pensar lo que queremos decir y cómo lo decimos.

Si en algo tiene que distinguirse un arte es en el uso de la creatividad. La música no podría subsistir sin creadores. Por tanto, la enseñanza del lenguaje de la música debe plantearse con objetivos creadores muy claros para que todo el que se inicie en el aprendizaje de un instrumento se forme y se familiarice con la creatividad y la improvisación.

En contra de lo que podríamos suponer, la enseñanza actual de la música camina por derroteros bastante lejanos a una educación creativa. Los objetivos de los programas de estudios instrumentales son más bien técnicos e interpretativos y todo el esfuerzo se centra en la repetición e interpretación de obras concretas. Ese es en líneas generales el modus operandi de los Conservatorios y Escuelas de música, con la excepción de aquellos centros que disponen de profesorado con interés en la enseñanza creativa, que de momento suelen ser la excepción.


Las programaciones que respetan la normativa vigente reflejan entre sus objetivos algunos relacionados con la potenciación de la creatividad, tienen buenas intenciones que generalmente no pasan del papel y no llegan a ser evaluados porque en la mente de las instituciones educativas no hay un claro posicionamiento ni una intención de cumplir sus propias reglas.

Creatividad en el IEM

Para el IEM (Instituto de Educación Musical) la creatividad es un objetivo fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje. La principal herramienta de motivación se llama improvisación y su presencia en nuestra forma de enseñar y aprender debiera ser constante.


Desarrollamos y potenciamos en cada concepto la interacción con el alumnado, dándole la oportunidad de participar activamente en su formación y guiando sus pasos de forma que pueda elegir entre las posibilidades que se le presentan. Desde que empezamos a cantar una canción se le anima a proponer ritmos de acompañamiento, distribución de pasos, diferentes tipos de percusión corporal y movimientos, etc.

Luego hacemos todo tipo de variantes de ejercicios rítmicos con la improvisación de motivos.

Siempre que hay una improvisación hay también premisas. “Puedes elegir entre estas opciones...”, “puedes decidir entre estos compases, figuras...”, “puedes decidir el número de repeticiones o variaciones...” Siempre hay opciones y siempre se tiene que elegir entre muchas posibilidades, todas ellas lógicas y viables.

No se trata tanto de ser novedoso sino de encontrar nuevas respuestas a las mismas preguntas, inventarlo que ya está inventado, encontrar las respuestas adecuadas entre las muchas posibles. Inventar no implica originalidad obligatoriamente. Los resultados son siempre nuevos para el alumno aunque puedan ser previsibles para el profesor.

Se puede inventar algo que ya está inventado, eso no importa; lo importante es el proceso metodológico que lleva al alumno a investigar y pensar por su cuenta, a partir

de elementos dados y de caminos posibles. Lo que enseñamos es a utilizar libremente los elementos de que disponemos en cada momento animando a participar y a elegir. De ese modo potenciamos la creatividad con ejercicios de improvisación.


La improvisación conducida metodológicamente puede adaptarse a cualquier perfil del alumnado. Lo importante es el proceso metodológico que va guiando al alumno sin imponerle siempre el estudio de piezas de otros autores.



La Metodología IEM


  • utiliza la improvisación como herramienta constante de trabajo y de juego. Hay que tener en cuenta que el concepto de improvisación implica siempre conocimientos y uso consciente y controlado de ellos


  • permite que siempre se pueda elegir entre muchas variables. Es importante disponer de un número importante de posibilidades para que el alumno pueda sentirse libre al elegir cualquiera de ellas.


  • alienta la capacidad creadora. Todos tenemos una base de creatividad inicial que puede ser animada o eliminada. Nosotros preferimos mantener viva la chispa creadora utilizando además su carácter motivador.


  • admite respuestas y reacciones diferentes, ofrece posibilidades. No todo el alumnado dispone de la misma capacidad y talento para resolver un mismo problema.


  • permite errores. El error forma parte importante de la educación. En principio el error no existe, existen posibilidades más o menos acertadas.


  • potencia y motiva la creación y hace de esta el centro que proyecta su energía hacia cualquiera de los campos de estudio del alumno, como son la técnica, la utilización de diferentes patrones rítmicos, la comprensión formal y armónica, la creación melódica,


Animamos a toda la comunidad educativa a tomar conciencia de la importancia del desarrollo de la creatividad en todas sus facetas. La Metodología IEM ha hecho de ello una bandera y todos los cursos, congresos, publicaciones, artículos, etc. tienen como idea central las aplicaciones del desarrollo de la creatividad a la educación musical.



Emilio Molina

Doctor por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.


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